22 agosto 2006

Sueños Lúcidos (Festejo de los Retornos Inútiles)


El sábado pasado recuperé un placer inútil maravilloso, del que no gozaba hacía un tiempo: un sueño lúcido...

La primera vez que recuerdo haber sido conciente de estar soñando mientras dormía, fue una experiencia inolvidable por lo humorístico más que por lo metafísico. Fue en los tiempos de la Universidad. Todo se veía exactamente igual a la vida en vigilia, hasta que entraba al baño... y me encontraba con una infra de lujo: baños espectaculares, amplitud, luz, ¿jacuzzis?!!?. En fin! Mi incredulidad de ver un baño con estas características (en el contexto de las precarias condiciones reales con las que contaba mi contradictoria alma mater en ese entonces) me hicieron comprender inmediatamente (casi en un acto de iluminación o satori...) que soñaba... Y así lo confirmé llena de risa y sorpresa con una compañera de curso presente en mi sueño. Ella ratificó que si, y se rió conmigo. ¡Gran experiencia de "primer sueño lúcido"! Parece que la ironía y el humor no pueden estar ausentes en los grandes momentos de la vida, no?

La posibilidad de hacer conciente el hecho de estar soñando ha sido un "bien" o una meta buscado desde muchos lugares o enfoques posibles. (Aunque, hay que decirlo, también ha sido fuente de angustias para muchos, que temen soñar y no poder despertar, o estar despiertos y no poder dormir...). Pero si es claro que a estas alturas hay bastante "teoría" al respecto, e incluso "metodologías" para llegar a tener sueños lúcidos. Para mi, sin embargo, es un divino terreno del Arte de lo Inútil. No me interesa saber cómo hacerlo bien, no me interesa controlar cuando suceda, no me interesa explicármelo. Me interesa vivirlo, recibirlo en el momento en que llegué... y disfrutarlo.

Desde el lejano tiempo de mi primera y humorísitca experiencia de lucidez onirica hasta hoy ha pasado mucho sueño bajo la nube. Desde esa primera vez, tardé un tiempo en volver a gozar de estas experiencias. De hecho, creo que volvieron a mí despues de un proceso de liberación importante en la vida. Y en ese momento tuve experiencias muy enternecedoras. Descubrir que soñaba en pleno jardin de mi infancia; y no creérmela del todo. Desear volar... pero no creérmela del todo. Y decidir amarrar un extremo de una cuerda a la cintura y el otro a mi Damasco favorito del patio. Y partir, con el cable a tierra de la cuerda, dando saltos alrededor del árbol, cada vez más amplios, cada vez más arriba, hasta terminar volando en giros alrededor del árbol... La primera vez que volé en sueños, fue en un sueño lúcido!!!

Los sueños lúcidos han seguido visitándome... Mi confianza ha ido aumentando. Y no he perdido el humor. He descubierto también una clave personal: cuando no logro recordar nada de lo que pasó hace 5 minutos, entonces estoy soñando... Es bonito y nemotécnicamente paradójico, porque esta clave la descubrí en un sueño lúcido ¡y puedo recordarla entre sueños lúcidos despues de años!

Mis placeres favoritos en los sueños lúcidos hasta ahora han sido -definitivamente- flotar y volar... Y traspasar las paredes volando. Placeres inútiles altamente recomendables. Bueno... y evidentemente, no perder el humor y el gozo asociados. Porque en definitiva, son un regalo que se recibe y se honra disfrutándolo en toda su maravillosa magnitud!!!!

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