23 mayo 2006

Te miroo, gente... (o algunos pasatiempos al caminar)

La calle. La noche. Desde que decidí caminar más por las calles de Santiago, sobre todo en los atardeceres y noches, comencé a experimentar algunas cosas de otra manera. Una cosa interesante es que hay muchas miradas con las que uno puede recorrer las calles (que dependen del ánimo, los devenires, en fin..).

Una que me gusta es andar de turista por la propia ciudad. A paso lento, recorrer Santiago como por primera vez, le da un aire distinto, misterioso y muchísimo más bello. En estas sintonías he descubierto (y redescubierto) aspectos de la ciudad que suelen pasar inadvertidos para la mayoría de los santiaguinos que suelen transitar con apuro y mirando el suelo. Las construcciones, los parques, la gente, y hasta el ruido pueden adoptar un toque diferente.

Pero otra, de tantas miradas posibles, se trata de enfocarse en la gente. Mi conexión de ayer era esa. Partí recorrido con una caminata un tanto flotante y feliz, dedicándome a conectar con la mirada de quienes se iban cruzando por el camino. Conexión leve, breve y llena de diversidades entretenidas, por cierto. Muchos y muchas pasan sin levantar la vista; otros buscan activamente el contacto: coquetos, serios, distantes, desconfiados, divertidos, amistosos, ausentes (a veces los contactos adquieren más actividad y surgen espontáneamente saludos, piropos, en fin...)

Y de pronto la mirada se amplia y va más allá del contacto particular con un otro u otra. Y se vuelve interesante ver las danzas espontáneas que se forman con el movimiento y múltiples ritmos que adquieren todas y cada una de las personas que van por la calle. Parejas arrullándose, amigos que se encuentran, madres que les gritan a sus hijos que corren hacia la calle, personas paseando a sus perros, vendedores ambulantes, un niño devorando feliz una sopaipilla, mendigos, turistas hablando en lenguas, personas trotando por los parques, hombres agarrados a su celular, grupos de estudiantes gritando felices al mismo tiempo... Gente. Es bello moverse mirando a la gente... Justo a esta hora, a la hora de la libertad, en la que se sale de la pega, del colegio, de la U; y parece que cayeran algunas de las máscaras, algunos de los roles; y pasan otras cosas, otros encuentros, otras conversaciones... Algo diferente le pasa a la gente a esta hora. La libertad. El Arte de lo Inútil. Invito a mirar...

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