24 junio 2007

We Tripantu!!!! O Siempre Hay Una Nueva Oportunidad...(Feliz Año Nuevo Mapuche!!!!)


Entre las múltiples "herencias" que esta parte del mundo ha recibido de la cultura occidental, está el celebrar el año nuevo el 1 de enero, que coincide así con el máximo esplendor del verano en el hemisferio sur (lo que tiene grandes ventajas celebrantes, valga mencionar...). Sin embargo, el origen de todo año nuevo (antes de que adscribieramos todos al calendario gregoriano...) tiene su raiz originaria en el final del invierno y el inicio (indetectable todavía) de una nueva temporada de calor y nuevas cosechas. Indetectable, porque el frío está en su máxima expresión, y pareciera llenarlo todo y cubrirlo todo,con su manto de escarcha... Porque el año nuevo esencial, ese que surge directamente de nuestra conexión con los ciclos de la naturaleza y que vive en los origenes de las culturas de ambos hemisferios, surge en el solsticio de invierno, fecha que marca el inicio, pero el inevitable final del invierno. Porque a partir de ese dia los dias se irán haciendo progresivamente más largos, y el invierno abandonará su reinado un poco cada dia a partir de esa fecha.

La conexión entre los ciclos de la naturaleza y los ritos de celebración y agradecimiento se pierden en la historia de los tiempos. Anoche, mágicamente? coincidian la celebración del año nuevo indigena de diversos pueblos originarios de América con otra festividad ritual: la Noche de San Juan. Los Mapuches con su "We Tripantu" o los antiguos Incas con su "Inti Raymi" o Fiesta del Sol, celebran la vida, la luz y la divinidad vinculada al Sol, a la tierra y al fruto (de ambos) que espera, en simbólico embarazo, durante los meses de invierno. La veneración al Sol en medio del frio invernal es una maravillosa invocación que se ajusta perfectamente a los ciclos de traslación de la tierra y su hito del solsticio... La noche de San Juan, plena de magias y ritos que poco se relacionan con los dogmas oficiales de la Iglesia, se anclan en festividades "paganas" muchisimo más antiguas, provenientes de los celtas y su culto absolutamente armonizado también con el solsiticio de verano del hemisferio norte... Ritos celebrantes y bellas conexiones que se me vienen hoy. Dia maravillosamente soleado pese al frío increible que ha hecho desde hace demasiados dias... El Dios Inti brilla con fuerza, haciéndole honor a la celebración del dia que lo honra, y templa, diluye y relativiza el frio invernal, recordándonnos como cada ciclo se mueve inevitablemente, sin que nada lo detenga. Movimiento inevitable que da forma a la maravilla que nos dice que todo polo contiene a su opuesto, y le da sentido y valor. No hay frío sin calor, ni oscuridad sin luz. Los polos, en lugar, de pelear, danzan la maravilla de ser parte del mismo proceso... aunque a veces, añorando el calor del verano, la luz del dia y la liviandad de la alegría olvidemos que el frío del invierno, la oscuridad de la noche y la profundidad del dolor forman parte del mismo eterno proceso de la vida....

Quien sabe.... después de este arrebato, solo agregaré que venciendo las tentaciones del calor de hogar y las delicias del sueño, este fin de semana -el más frío del año- sin planificar celebrar nada de esto, salí decidida de la casa recibiendo a cambio, bellos regalos, que a posteri relacioné con este "rito terraqueo" del solsticio y sus infinitos nombres celebrantes. Para despedir el año, un rito grupal de creación musical al ritmo de las darbukas, luego un trance extático al bailar por primera vez la potente "Danza del Zhar", y un momento celebrante con este heterogéneo grupo con el que iniciamos camino musical...luego, noche de fiesta y danzas afroamericanas, que culminó, en pleno tránsito de un dia a otro, con la potencia celebrante y viva de una maravillosa banda de música que combina y multiplica el festejo de ritmos andinos y gitanos...Imposibilidad de no bailar, saltar, ser tocada y traspasada por la música de innumerables bronces y platillos; y por la potencia viva de un grupo enorme de personas vibrando en el mismo son, celebrando en tribu...

Y hoy. Hoy, para recibir este nuevo ciclo, 5 horas de mi amada danza de giros, que me vuelven a abrir el corazón y conectar con mis mareas, torbellinos, tormentas y claros de luz tan ligados a la vida... Vida que acompaña el inicio de este nuevo ciclo terrestre, dandonnos con ello una nueva oportunidad de dejar atrás el pasado y abrirnos al maravilloso -pero no exento de dificultades- presente de estar vivos....

We Tripantu!!!!

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Hola!!
eso es la teoría del yin y yang!!
Cuándo uno empieza el otro acaba.
Saludos!
NuVoL

Mordisquitos dijo...

Hace tiempo que me interesa la cultura mapuche (llamada por los españoles o huincas, araucana), y me ha interesado saber de esta fiesta. El we tripantu.

Un saludo.